El dolor crónico es aquel que persiste durante un período de tiempo prolongado, generalmente más de tres a seis meses. Puede ser constante o intermitente y no necesariamente está relacionado con una lesión o enfermedad específica. A menudo, persiste incluso después de que la causa original haya desaparecido.
Puede ser de intensidad variable y, a menudo, puede volverse más persistente o recurrente con el tiempo. Se asocia con condiciones médicas como artritis, fibromialgia, dolores de cabeza crónicos, dolor neuropático, entre otros.
Puede afectar la calidad de vida, la movilidad y el bienestar general de la persona.
A diferencia del dolor agudo, el dolor crónico no cumple una función protectora, y a menudo se convierte en un desafío para el tratamiento y manejo efectivo.